Contando las largas horas para mirar tus ojos,
aparento que no me duele aquí la soledad,
abrazar tu alma y besar tus labios rojos
la espera es un suplicio, es una eternidad;
y yo aquí sin superar esta enfermedad.
Este mal me está matando en este abril
cómo mata la razón los débiles antojos;
más no puede matar este amor sincero,
ni lo tanto y mucho que te amo y te quiero.
Linda, te amo con suave ternura apacible,
cómo la luz solar inicia acariciando el día;
es este amor imponente, fuerte e invencible
es fuego, es centellas, acrisolado y febril.
Espero mí alta de una forma desesperada,
como espera el pan el muy hambriento.
¿Será mi enfermedad, desborde de mi tristeza?
¿Será mi angustia? O tal vez mi mala suerte.
Que la enfermedad es el cúmulo de emociones,
probablemente sea verdad, como es esta espera.
Llenas de ganas e ilusiones por verte, abrazarte
y de angustia; maybe no lo deseas como yo tanto.
Acariar tu luminoso cabello y tu dulce carita,
dormir contigo en mis brazos en un solo aliento,
es lo que sueño despierto en este momento,
mientras espero mí alta postrado aquí en cama.
Son las agujas, equipo de venoclisis, la dextrosa,
el suero biológico, entre antibióticos, analgésicos
y días sin alimento alguno para reincorporarme
a nuevos días por vivir, sin vivir claro o despedirme
y dejarte estas letras como huellas hasta la eternidad.
Autor: Camisa
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