Al final no solo
me robaste el corazón;
me robaste el
alma, el tiempo en días,
horas y minutos con tu partida.
Al final tu
partida me abstrajo de la realidad,
me quedé en
fantasía, soñando un regreso
con promesas, palabras
y sueños no realizados.
Al final me quede
con mi vida hecho cuadros,
sin tener algún abrazo
tuyo o un te quiero.
Me quedé en grisáceo
día y en oscura noche
me quedé sin la
luna, me quedé sin lucero.
Al final me quede con las ganas de terminar,
pero de terminar con el dolor y con mi vida.
Me quede a muchos kilómetros de distancia,
despojado de la luz, de la felicidad y la dicha.
Al final me quedé en gris y en eterna plegaria,
desesperado con inmensas ganas de olvidarte.
Me quede temblando con un frío escalofriante
deseando abrazar tu alma más que tus caderas.
Me quedé en mares, soñando sentir el tibio pulso
de tus muñecas, aguardando tus frías respuestas
que ofreciste después que pensando me fallaste,
como se falla una esperanza y llega la decepción.
Hoy caí sin poder ya levantarme, con infinito
deseo de no vivir y caí viviendo este final,
que me tocó desde tu elección y tú partida.
Autor: camisa
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