Me quitaste las vendas, con tu sucia traición;
me golpeaste el alma, pero no quitaste todo
olvidaste de quitarme, las vendas del corazón
que me mantienen hundido, en ese sucio lodo
que tú mal llamabas amor y era solo bazofia.
Estarás mejor sin mi y sin este amor que cansa,
o que te aburre con algún reclamo estúpido;
podrás ser la mujer del pueblo o perra mansa
o jugar con el estúpido miserable de cupido.
Tú conciencia y tu corazón color negro petróleo,
no solo dañaron, los sueños de un amor posible,
destruyó la belleza de todas las pinturas al óleo
donde pinte sueños, que hoy resultan imposibles.
Cuando esté sin vendas, éste corazón herido,
y supere los traumas de haberse visto utilizado,
es probable que este perro olvide ese alarido
de dolor o de perro vulgarmente abandonado.
Autor: Camisa
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