Abrazando nuestros cuerpos,
acostados sobre sábanas rosas,
viviendo lascivamente el amor,
tu dulce boca junto a la mía.
Las palmas de mis manos en el fuego,
acariciando el perfume de tu piel,
en altas temperaturas fundidoras,
de corazones y ganas aceleradas.
Hay quejidos desesperados por el fuego
y el ritmo de nuestros movimientos
al vivir la felicidad de la vida
efímera que se lleva el tiempo.
Tu; únicamente siempre tú,
en mi mente y mi presente,
y evocándote en mi memoria
sin necesidad de un trago
o de acabarme una botella de vino.
No entiendo porque conmigo,
sin explicación fuiste así tan cruel,
de dejarme si te amaba
como tanto y mucho te lo demostré.
Enlucí tus alas para que puedas volar;
te enseñe el camino, para cuando vueles,
puedas a este corazón tu regresar
Ahora que estás en la otra vida
aún te reclamo en mi mente
por la fina crueldad de urdir
tu partida sin decir Adiós.
Autor: Camisa
Copy Right.