Aprendí de tu piel

 Te amé con  la piel de mis labios, 

con mi lengua y con el lenguaje 

de mis palabras y de mis manos.

Te amé con la mirada, con el alma, 

con el corazón y mi respiración.

Te amé como nunca y como siempre;

te amé tanto como ahora.

Aprendí que a tu piel le encantaba el oral

y al hundirme en ti aprendí de tu piel 

a tener ganas de ti y a generar sonidos, 

como el aplauso lento, veloz y emocionado;

que te causaban las tembladeras en tu piel.

Aprendí de tus espasmos y a erizar tus bellos,

aprendí a sentir la humedad de tu fuego intenso 

e interior que me excitaba; 

y me llevaba de tu piel a tocar el cielo,

con los ojos cerrados y abrirlos, 

para mirar tus gestos cuando te vienes.

Aprendi a sentir al día siguiente,

ese aplauso como un dolor ligero

en la pelvis que me hacían evocar

toda la travesura loca del ayer.

Autor: Camisa

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Catarsis lunar

 No. No es tu pequeño corazón de piedra,

soy yo el distraído, el alucinado e iluso

ante una personalidad procaz de hiedra

que vio con amor real, lo que fue difuso.

 

Jamás imaginé que abrazaba a un metal,

que se convertiría en finos filudos cuchillos,

que me hizo daño y me hicieron tanto mal

y me tienen en la noche oyendo a los grillos.

 

Es castigo que estés aún en mi memoria,

pero no significa que estés en mi cuento;

no quiero contar del dolor en mi historia

que me causó todo lo que ahora siento.

 

Eso me ha causado en el pecho la angina,

no soy de los que rápido todo lo olvidan;

más felicito a quien da vuelta la página

y en todo ello muchas personas coincidan.

 

Es una catarsis estar ahora escribiendo,

de lo que fue mi sincero amor para ella

y de aquello que ahora estoy percibiendo

a la luz de la luna como única estrella.

 

Autor: Camisa

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Susurros del alma

 Desde que has invadido mi lucidez

y te adueñaste de mis emociones,

has cambiado a gris ésta mi poesía

con tu sonrisa, tu beso y tu nudez.

 

Sigo esperando posado en el tiempo,

sin llamarte ni decirte lo que siento.

Sin decirte nada o algo de mis sueños

o contarte lo que me gritan las calles

ahora que estoy triste, lejos y sin ti.

 

 Pensar, que un día pensé, que sin ti

de tristeza mi cuerpo y mi alma moriría.

No es así. Estoy vivo pero triste este día.

Resiste el junco en silencio con la fuerza

que solo puede dar, el son de la esperanza.

 

Sé que ha de llegar algún día la primavera,

mientras lidio entre tempestades rudas,

que visto de jardines verdes, colores míos

pienso en el diamante que no logre afinar.

 

La tristeza es oscura de día y de noche,

como los temores que te dieron dudas,

no tengo en absoluto algún reproche,

tengo esta rutina que me ayuda a vivir.

 

Es verdad que ahora abrazarte quisiera,

como verdad que te hallo en mis sueños,

te hago el amor con el fuego de mi leño

en blanca hoguera, sábanas de mi cama,

donde te amé algún día de alegre poesía.

  

Autor: Camisa

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