No. No es tu pequeño corazón de piedra,
soy yo el distraído, el alucinado e iluso
ante una personalidad procaz de hiedra
que vio con amor real, lo que fue difuso.
Jamás imaginé que abrazaba a un metal,
que se convertiría en finos filudos cuchillos,
que me hizo daño y me hicieron tanto mal
y me tienen en la noche oyendo a los grillos.
Es castigo que estés aún en mi memoria,
pero no significa que estés en mi cuento;
no quiero contar del dolor en mi historia
que me causó todo lo que ahora siento.
Eso me ha causado en el pecho la angina,
no soy de los que rápido todo lo olvidan;
más felicito a quien da vuelta la página
y en todo ello muchas personas coincidan.
Es una catarsis estar ahora escribiendo,
de lo que fue mi sincero amor para ella
y de aquello que ahora estoy percibiendo
a la luz de la luna como única estrella.
Autor: Camisa
Copy Right