No habrá oportunidad de volver mirar tus ojos
ni sentir jamás la piel de tus manos;
ni mucho menos de estrecharte en mis brazos.
Más este amor, sigue refulgente
cual llamarada en noche oscura.
Es culpa de mis corneas, que grabaron tu imagen
y se acostumbraron a brillar al verte.
Es culpa de mi corazón que te ama.
Culpable las neuronas de mi cerebro,
que sostiene el conocimiento de saber de ti.
Guían a mi poesía rebelde y crítica
a este gobierno asesino, a callarse.
A pensar en ti y hacer de mi tristeza,
mi corazón, tus recuerdos y mi amor
un arte en letras como si fuese plastilina,
total si duele igual no dejara de doler
por nada ni con nada si eres tú el bálsamo.
Autor: Camisa
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