Te regalé mis letras y mi verso
que escribí con mi tinta sangre,
pero tu solo querías mi sangre.
No. Allí no germina mi poesía
es en mi alma, en mi corazón;
por eso te entregué amor verdadero
de la fuente natural de mis versos;
te entregué mi vida hasta mis huesos.
Te regale con amor mi fuego aquel,
que es invisible y no
tiene sombra;
fui peldaño para que estés en la cima
y volaste de allí a otro cielo.
Te llevaste mi luz y me dejaste abajo,
saque valor y energía para partir
del lugar de donde jamás me quise ir.
Se inundaron mis días, no tuve sol;
sin luz volé a oscuras casi a ciegas,
volcando mis tristezas en las letras,
para solventar mis huesos y mi carne.
Era un enorme peso cargar con ello,
quería liberar a mi pobre alma,
de todo el peso, significado de vivir;
porque talvez era mejor morir.
Perdonarte, no se me ha ocurrido,
el hecho que te hayas marchado
se llevó la oportunidad del perdón,
total, que importa este corazón,
que en su día no ha importado;
¿porqué ahora debiera ser valorado?
Fue todo lo que fue, sin ser ahora,
como fue lo nuestro un día
porque creo que fue
o tal vez solo para mi lo fue.
Autor: Camisa
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