Fue en tus tiernos besos que descubrí la vida
y en tu ojos café aprendí lo que es felicidad.
Fue en tus manos que conocí lo que es ayuda
y compartiendo secretos lo que es complicidad.
En tus abrazos conocí lo que es tomar energía
y aprendí a convertir mi dolor en esta poesía.
Aprendí a deslizarme entre las hojas de papel;
y, es entre las letras que darme paz, procuro.
Es contemplando tu sonrisa que me sostengo,
y que cerrando los ojos a oscuras la puedo ver.
Respirando lento hasta tu aroma logro percibir
es lo que me sostiene, con lo que logro sobrevivir.
Sin eso, podría escribir más acerca de la soledad,
por suerte mi tristeza siempre te ve en las calles;
y por suerte ahora soy fantasma; soy invisible,
un ser sin ser; que te ama y te mira cual software.
Contigo en mi sangre, en mi alma y en mi corazón
descubrí que se puede amar sin ver y sin tocar.
Así como se ama a Dios sin verlo o sentirlo.
Contigo aprendí como mis letras se convierten
en aves y vuelan hacia tus ojos y se posan
en las orillas de tu alma y rojo corazón.
Aprendí a soñar despierto con los ojos abiertos,
a soñar todos y cada uno de tus pensamientos
que me acarician el alma y este noble corazón.
Contigo en el alma aprendí a oir los gritos del mar
a contemplar su inmensidad y a crear telas blancas
con la brava espuma de sus orillas y a decorarlas
con los finos frutos del mar, para tus vestidos.
Contigo soy vértice de la vida para nueva vida,
y sin ti, soy solo un objeto geométrico sin dimensión,
un punto sin coordenada, deseando ser proyección.
Contigo descubrí la larga vida celeste de una poesía,
descubrí el amor en tu beso y todas esas energías
que tiene la roja pasión, para lograr amar la vida
y los anhelos de seguir viviendo en carne y en alma.
Mas te aseguro que también aprendí del dolor
al quedarme sin ti. A ser lo que ahora soy sin ti.
A ser baúl de tus secretos; a ser rio o ser barro
y ser un ser sin ser que ya no quiere a veces ser.
Autor: Camisa
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