Las heridas de mi
verdad
Ahora aun luchando por acabar con las secuelas,
en terapia de recuperación y constante medicina.
Hoy deseo agradecer por esa nueva oportunidad
a Dios por haberme salvado y volverme a la vida
para amarte y ayudar a mi país, mi pueblo mi gente.
Vi cerca esa luz en el túnel que no sabía si sería,
la esperanza de regresar o el final de la partida
más ahora estoy con otra oportunidad de vida
y decirte que siempre serás tú la de mi alegría.
Entre sueños y esperanza, por alcanzar las metas,
te quiero decir: gracias por el amor que me diste
y curando heridas más fuertes que la parte física
seguiré luchando además por superar las secuelas
que por covid-19 como a muchos me ha dejado.
Aquí herido y lesionado también quiero decir:
Perdón por lo que hice o dejé de hacer por ti amor
sé que quien comete la falla o grave error
de acuerdo a sus valores reconoce o lo justifica.
No hay más que decir ante esta terrible realidad
donde poco importa la salud o los protocolos
y prima más el entusiasmo, la soberbia o vanidad
que la reflexión por lo que ocurre en tiempos solos.
Que no se otra. Que soy un idiota o un iluso…
y que no entiendes mi amor ni mi locura
ni que rompiste mi alma en átomos de cristal invisible
y aún expreso una sonrisa pese al tiempo pasado.
No llorarás lo sé. Total entiendo que eres insensible
más gracias a Dios le doy porque te puso en mi vida,
para que se acentúe mucho más en mi la sensibilidad
que me duele más que antes, el hambre de mi pueblo,
la injusticia en mi país y el abuso que se ha cometido,
por un grupo pernicioso de terroristas rojos y naranjas.
Que solo buscó el fortalecimiento de la educación,
para que salgan de esa pobreza espantosa
y para acercar bienestar a grandes mayorías en mi país
ejecutó a su favor acciones hechas con mucha pasión,
que resulta difícil de alcanzar con un congreso
lleno de presuntos delincuentes, corruptos y traidores,
que son cual judas que te venden con un beso.
Me duelen cual azotes que amigos no comprenden,
la importancia que tiene enseñar a leer y a pescar,
porque un pueblo no espera que le den pescado,
como es el clientelismo brutal de la derecha.
Que mi pueblo busca cambio y oportunidades
y no migajas de ellos que sobren en su mesa,
es verdad que es una cruz que a no todos pesa,
más en mi influye la angustia de conocer mi país.
Se que mi amor ya no te importa y te molesta,
que a mis amigos su propio bienestar les importa,
que la pobreza que hay en mi país les apesta,
y si les falta comida, agua o medicina no les importa.
Un desconocido se suma mejor a esta aventura
de entregar la vida a la tierra, a mi sangre, a mi pueblo,
que son la fortaleza de mi lucha, el ahora y el hoy
a quien entrego con amor silente lo que soy;
que no sé si la alcanzaré ante la dispersión de mi país
o volveré a mirarte y abrazarte como en mi mente.
Autor: Camisa
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