Recuerdo ahora tu deseo voraz,
aquella
resplandeciente energía
de
ocuparme siempre todo el día
miraba
esperanza en tus ojos
y alegría
en la versión de tus antojos.
Plasmada
la luna se quedó,
bajo el
puente de la alameda,
allí donde
llegan hoy mis ríos
donde
tiré tu cariño frío.
Este mi
corazón necesita cirugía,
que
estirpe de mi aorta tu fotografía,
y del
torrente de mi sangre que da vida
aquello
que te tiene como un lucero.
No era
más que puro deseo,
eso que
tu decías que sentías
amargaste
mi vida y mis días
convirtiéndome
de la tristeza su reo.
Sentimiento,
en los huesos es tenaz;
pero si
te vas, ya que me queda,
sino matar
el amor y curar la herida
para
estar tranquilo y en paz.
Autor: Camisa
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