Abrace al dolor de la madre,
y de aquella esposa que vio en el video
morir a su esposo con las balas
del ejército peruano.
Era desgarrador verla llorar;
vi la intensidad de su amor
y el inmenso dolor
que le habían causado.
No hice más que cerrar los ojos,
y al magnánimo ser me puse a orar;
para que pare ya tanta violencia
y que dejen de decir que son unos rojos
por reclamar lo justo y sus derechos.
Era invisible expresado en gestos
y en un lenguaje inentendible,
donde balbuceaba su dolor.
Abracé a la esposa ahora viuda,
se aferró a mi abrazándome fuerte,
y logre entender por fin lo que decía
y se preguntaba ¿por qué? ¿Por qué?
Mojó mi hombro con sus lágrimas.
No pude evitarlo, pero también lloré,
descubriendo lo que es el amor,
y no saber encontrar una salida
para calmar su dolor o recuperar la vida
de aquel que había sido su esposo.
Mire a la madre de rodillas, llorando su dolor.
No es lo normal que un hijo se vaya antes,
más en Perú se ha normalizado el abuso
de este gobierno espúreo, amoral y asesino
que califica para incapacidad moral.
Autor: Camisa
Copy right