¿Aún piensas que supiste distinguir?
que era mejor irse,
o estás detrás de las sombras
de esas miradas que se pierden
y detrás de esos suspiros escondidos.
Fue precisamente en este mes de abril
que ingenuidad se vistió de mujer
entre roce y pétalos de rosa .
Te fuiste y es mejor dejarlo así.
Solo te dejé partir,
pero ya vez no fuiste libre,
tenías otras cadenas atadas ya a tu alma;
tenías ya esa cruz que ahora cargas.
Yo siempre intentando que estés tu bien
y que seas muy feliz.
Sin pensar que ya tenías
esas cadenas que ahora te atan,
que no te dejan volar
y menos ni ser tu misma.
Verte cada día era soñar bonito,
era sonreír, vivir en la esperanza
disfrutando no solo de tu mirada
sino también del color de tus ojos.
Aquí estoy yo cuando me busques
divagando entre mis letras,
para que sonrías cuando estés triste.
No, no te llenes de rabia ahora;
tampoco te gastes en arrepentirte,
haz lo más posible que puedas
por vivir bien en lo que elegiste.
No te apures ni te apenes por mi
que aprendí a vivir sin ti;
sufriendo claro, pero allí vamos
levantándonos cada día
para alcanzar la gloria.
No te apenes por mi tristeza;
si antes pensaste
que no había ya de qué hablar,
de que podríamos hablar ahora.
No te apenes por mi;
si hice todo por ti.
Incluso para que te vayas,
y seas tú muy feliz.
Yo te tengo sin tenerte.
Y estas conmigo siempre,
merodeando mi cabeza
de neurona en neurona
de idea en idea;
Acelerando mi corazón,
cuando cierro mis ojos
y te encuentro entre mis recuerdos
con la sonrisa de tus labios,
y el sabor apurado de tus besos.
A veces extraño que me abraces,
para sentirte y volver a vivir.
A veces daría todo por tocar tus manos
y ese abrazo fuerte.
Pero aún con los ojos llorosos,
levanto mi alma hasta con mis brazos,
para que no la vean caída
en la responsabilidad de brillar
aunque esté en pleno vuelo crepuscular.
Autor: Camisa
Copy Right