Estremercer
Fuimos por atención en restaurant El Mordisco,
un ceviche mixto y cangrejo reventado,
una cerveza y unas cuantas copas de pisco
y terminé en la cama con tu piel bien amado.
Me cambiaste mi outfit regular a uno deportivo,
nueva forma regular de vestir y estrenar contigo.
Me excita tanto tu voz y los besos de tu sonrisa
me encantan tus abrazos y hagas todo a prisa.
Cerré los ojos y enrede mis dedos en tu cabello,
mientras con tu sonrisa me hacías estremecer;
nos miramos a los ojos y cual televisor viejo a coger,
sin control. Te abracé por hacerme sentir vivo,
y llevarme al paraíso con ese sentimiento bello.
Estremeces mi cuerpo e intentas estremecer mi corazón,
luchas para lograr olvidarla haciéndome el amor,
haciendo que en mis manos quede la tanta pasión
de tu perfume para que dure toda la vida con esplendor.
Te doy; y también mis besos, caricias y energía mental,
mientras aprietas la sabana y muerdes fuerte la almohada,
entre tus gemidos, por el vaivén del mutuo deseo carnal
que lo disfrutamos tanto, como si fuera tal vez el final
aceleras la respiración y te pones más caliente y colorada.
Extrajiste de mi alma algunas penas y toda esa mi energía,
entregándome a manos llenas todo tu maravilloso encanto,
luego aquella tarde me quedé dormido hasta la noche de ese día;
despertar mirarnos a los ojos, repetir y besarnos tanto.
No elegí estar así en la cama acabando con mi libertad,
y me cuestionas por haberla a ella amado de más,
cuando siempre estabas allí, cual joven en pubertad,
amándome fuerte, leal y honesta como nunca nadie jamás.
Me dejas vivir en tu cuerpo, en tu tierna y dulce sonrisa,
sabiendo tú que no te amo y que solo es una dulce atracción,
curas heridas cuando vienes el fin de semana y sin prisa
me amas reafirmando que lo sentimos es una caliente pasión.
Autor: Camisa
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