Oh! Otoño doliente
con opaco y pálido día,
hoy mi ser siente
que se acabo la alegría.
Acrecienta más mi pena,
cuando apago el candil;
no sé si ésta condena,
será por años... mil.
Con candil ya apagado,
recuerdo su partida;
que en vida me ha matado
sin quitarme la vida.
Y el diáfano rocío humano...
resbala de mis ojos,
con humilde paciencia...
con tristeza y agonía.
Cuando
con triste dolor;
dulcemente muy herido,
recuerdo al
amor,
que tanto yo he querido.
La paz de sus manos
y su belleza desnuda
en lugares lejanos...
¡... necesito su ayuda!