Tristeza, que hace doler el pecho e inunda mis ojos,
sin ti, un día primero de
enero de dos mil veintitrés;
extrañándote en navidad de colores verdes y rojos
con esta mi tristeza
invasiva, de sentir todo al revés.
Ha invadido mis tendones, llegando
asi a mis huesos
Impidiendo que con
alegría, estos días yo pueda vivir.
Extraño tu dulce mirada,
abrazarte y comerte a besos,
combustible para mis días,
que me impulsan a seguir.
Extraño me lleves de la
mano, a mi sesión de masajes
o que me acompañes a
cortarme el cabello, cada mes.
Extraño me llames, para
preguntarme: ¿que haces?;
que envíes un mensaje y
digas que me amas en inglés.
Extraño, me lleves de
compras, cargarte los paquetes
y ante posible estafa,
sugerir o reclamar al vendedor.
Extraño tus manos, tus
labios; que fueron mis juguetes,
en la cama que con tu piel
y tu boca me hacías el amor.
Extraño aquellas tardes que
contabas tu día de trabajo;
extraño tu mirar, tu voz,
tu sonrisa y tus huellas digitales,
que paseaban en mi piel y
las recuerdo, aquí cabizbajo;
pensando que desde que te
marchaste, tengo días letales.
Extraño amor los sábados por
la tarde, quitarte la ropa;
abrazar, besarte entre los
espejos con todo mi amor.
Extraño amarte me digas:
que rico, al hacerte la sopa,
que cierres los ojos,
respires profundo al hacer el amor.
Autor: Camisa
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