En pedregosos caminos oscuros
intentaste tú, pisarle el poncho;
más guardo ahora el recordatorio,
para acordarme de ti, en adelante.
No soy borrego, ni perro que ladra;
tengo mi luz, siempre encendida,
listo el mástil, mi bandera y mi vida;
y sabemos que a ustedes no les cuadra.
Observo tras el cristal transparente,
hermanos que ni tienen panes duros,
mientras tú; vomitivo y cruel personaje
cual infame, ladrón fumando su troncho,
se toma sin trabajar el vino del vinatero.
Comen del trigo, esfuerzo del labrador,
sin siquiera jamás haber trabajado,
niños en mi patria, que no ha desayunado
otros desde ayer que no han comido.
Deja de ser egoísta con el emigrante,
que viene a tu ciudad buscar trabajo,
si te arden las orejas, es por el raje
por ser bazofia con el desvalido.
No seas miserable y discriminatorio,
con quien viene de la sierra o el oriente,
o así venga desde allí o más abajo;
deja de ser un maldito sujeto altanero,
que mañana puede ser tu cuidador.
Autor: Camisa
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