I
Desde la tarde de aquel día,
cuando te fuiste,
acrecentaron las cavilaciones
¿Cómo olvidarte...?
si aún te busco en las horas de mi vida
¿cómo sepultar mis esperanzas,
en la tumba de lo imposible..?
¿Cómo...?
Desde que te fuiste...
pienso que mis plegarias
juegan a la ruleta,
ante los ojos de Dios...
Desde que te fuiste,
espero el amanecer, la aurora...
algo, que tal vez Dios,
haya pensado para mí...
Desde que te fuiste...
eres quien madura mi poesía
llevándote mi tiempo y mi cabello...
Desde que te fuiste...
te amo todavía.
Desde que te fuiste...
no puedo odiarte todavía...
Desde que te fuiste…
eres aún el primer, único,
verdadero y gran amor de mi vida..!
II
Desde que te fuiste...
se acabó la gracia bendita
y en el imaginario silencio de mi vida
conservo esperanzas de volver a
tenerte;
esperanzas...
que son como páginas blancas,
donde sueño un día...
poder escribir un desfile de alegrías.
Desde que te fuiste...
tú, recuerdo sublima mi alma
y siento en el alma,
estas heridas de tu fugacidad
Desde que te fuiste...
soy piel, soy sangre,
y en tu sonrisa olvido;
soy piel, soy sangre
y en tu vida historia.
Desde que te fuiste...
pienso en mi emoción
y en la fiesta de mi sangre cuando
juntos...
Desde que te fuiste…
te amo más que el día anterior
y comprendo que el amor
va a la esperanza, a la poesía,
al dolor y a tú felicidad.
III
Desde que te fuiste...
hay veces que quisiera apagar ésta
esperanza
que enciende éste sol.
Desde que te fuiste...
arrebato al tiempo y a mi mente
uno y otro verso,
clavo mi espíritu en la pena, con la angustia.
Desde que te fuiste…
eres la pasión del alma,
de mi vida física y espiritual.
Autor: Camisa.
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