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martes, 14 de abril de 2015

AMIGA



Te conocí en un a paz serena,
en un humano ciclo en su defecto,
sembraste en mí pena,
una amistad, con mucho afecto.

Hoy es un don viviente,
un destello, un relámpago musical;
     tu amistad en mi alma, en mi mente,
como flor primaveral.

Yo soy el luto humano,
el nadir crepuscular;
mas te pido como hermano,
nunca te quieras alejar.

Desde mi silencio transparente,
cual finísimo cristal,
quiera Dios tenerlo presente,
esta verdadera amistad.