No puedo liberar, mis lágrimas,
mucho menos recibir lo que me ofreces.
No puedo superar esta pena traumática,
que me da el perfume de tu regreso.
Se cayó mi quijada al piso,
Cuando te volví a ver después de tiempo,
mas seguí mi marcha manejando en mi ruta,
pensando, en todas esas veces,
que me diste de tus manos
esa agradable y dulce fruta.
Hoy manejando, recuerdo tu imagen...
y lo que deseo es nuevamente
verte, para decirte
que siempre lo mejor fue irte.
Autor: CAMISA
Autor: CAMISA